El sistema educativo de Níger, encara problemas como la pobreza económica y el escaso acceso a la escuela. Níger tiene una de las mayores tasas de analfabetismo del mundo.
La educación primaria en Níger es obligatoria entre los siete y los quince años, aunque las tasas de asistencia son muy bajas. La educación se ha convertido en un desafío nacional: uno de cada tres niños y niñas no va a la escuela. La cifra es peor para las niñas: sólo una de cada dos va a la escuela primaria, una de cada diez cursa la secundaria y apenas una de cada cincuenta chicas completa el bachillerato.
Pertenece a la diócesis de Niamey. Es una escuela confesional católica regentada por religiosas burundesas de la congregación “Coeur Inmaculé de Marie” (CIM) desde 2016 en que fue creada la escuela. Actualmente tiene 12 clases y alrededor de 400 alumnos, número que va creciendo de año en año por su buen funcionamiento a nivel escolar. Muchos de sus alumnos provienen de familias muy pobres de la ciudad de Dosso. La escuela se encuentra a tres kilómetros de la ciudad, por lo que la conexión con la red eléctrica de la ciudad resulta excesivamente cara y actualmente no cuenta con electricidad. La escuela no recibe ninguna ayuda estatal.
El objetivo de este proyecto es la electrificación de la escuela mediante la instalación de energía solar fotovoltaica. Este tipo de instalación, no solo evitará el alto coste de la conexión con la red eléctrica de la ciudad, sino que evitará las facturas de electricidad y la emisión a la atmósfera de toneladas de CO2.
La instalación de una solución fotovoltaica en colegios, es una de las aplicaciones más atractivas para el autoconsumo. Las características propias de estos edificios, convierten a los paneles solares en una gran herramienta para el ahorro de energía eléctrica y para la independencia de las compañías comercializadoras de electricidad.
Los paneles solares en un colegio además van a servir para concienciar a los alumnos sobre la importancia de cuidar el medio ambiente. Una energía limpia y 100% sostenible que además destaca por ser silenciosa.
De este proyecto se beneficiarán directamente unos 400 niños y niñas de 7 a 15 años.
La aportación estimada de la fundación para este proyecto en el 2.022 es de 10.000 €
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